TERRITORIO MÁGICO. *Bienvenido a Colombia! Parte II









La habitación del hotel Taimati no estaba tan mal. Hasta tenía decoración invertebrada... cucarachas del tamaño de un dedo pulgar daban un toque selvático al piso del baño. Tenía ducha... y agua. Cuando hablo de hotel es porque así los llaman. Estrellas sólo en el cielo. Aun así resultaba un poco oneroso para las faltriqueras de este fotógrafo a pulso.  Afuera del hotel Riohacha, tomando un jugo de la exquisita y variada oferta frutal del trópico, con 38ª a la sombra y un tráfico de locos. Tierra en suspensión. Vendedores de cardenales.  Consultamos a la dueña del puesto de jugos y ella "dateó" la casa de "una señora cristiana que tenía habitaciones para arrendar". Ubicada a metros del cuartel general de la policía (!). Riohacha es uno de los lugares -junto con Aracataca- que quería conocer en esta vuelta, sin lugar a razones. Claro que no estuvimos “abeja”. Menos “trucha”.

Otra pequeña y calurosa habitación -en verdad, tan sólo un débil tabique de madera prensada separaba ese espacio (fue una sala entre dormitorios) del resto de la casa- nos dio la bienvenida. La casera poseía una cara de pocos amigos. Ursula Iguaran en vivo -tuve la mala idea de prender uno de mis petardos de tabaco y me "pinto un mono" con tosecitas y declaraciones de asma, más falsas que las de impuesto de las mineras yankis en Chile. En fin, ya estaba allí. El valor de arriendo resultaba atractivo. Permitía alargar la estancia en el lugar.

Cuatro días en la ciudad para caminar e intentar fotografiar la intensidad de la vida en el territorio garciamarquiano. A echarle pa’lante no más. 



(fotografías y texto de Juan Ramón Salinas)